Toledo en un día
Toledo no se acaba nunca, pero si el visitante sólo cuenta con un día, ahí va un itinerario que no falla: Como punto de partida, la
. Allí podemos encontrar el
Museo de Santa Cruz
y el
Convento de Santa Fe
, reconvertido en un espacio cultural con eventos y exposiciones temporales. Avisando con antelación, el museo ofrece un servicio de visitas guiadas para grupos de mínimo ocho personas. El
, que vigila la ciudad, es visita imprescindible, y también un buen lugar para “repostar”. La Biblioteca de Castilla-La Mancha, localizada en uno de los torreones, tiene una cafetería con unas vistas absolutamente majestuosas de la ciudad.
Busquemos ahora la Catedral de Toledo, también llamada la
. Un monumento imprescindible para entender el gótico español y, por qué no, el crisol de culturas que durante siglos vivió esta ciudad. Un apunte: para visitar su interior hay que comprar entrada y cuesta 11 euros.
Hora de comer
. Toledo ofrece un nivel gastronómico que raras veces falla, pero a poco más de cinco minutos de la catedral, está la
calle Alferitos
, llena de bares, terrazas y restaurantes con encanto. O puedes pasarte por nuestro
Restaurante Mudéjar, para disfrutar de una comida a un nivel especial. Con fuerzas renovadas, es hora de patearse la ciudad. Ponemos ruta al
barrio de la Judería
. Situémonos en la Plaza de San Salvador y caminemos hasta la
Calle de Santo Tomé
, en cuya iglesia se exhibe el famoso
“Entierro del Señor de Orgaz” de El Greco
. No debería faltar en el paseo la visita a las dos
sinagogas
, la del
Tránsito
y la de
Santa María la Blanca
. El
Barrio de los conventos
es también un lugar mágico en Toledo, pues el silencio y la calma sobrecogen al visitante. La mayoría de estos conventos son de clausura, aunque en algunos de ellos se pueden comprar dulces elaborados por las propias monjas. Atardece, podemos buscar una buena terraza desde la que
contemplar la puesta de sol en Toledo
o podemos, simplemente, perdernos. Si existe una ciudad para disfrutar de estar desorientado, esa es Toledo. Eso sí, cuidado con confiarse y después perder el autobús. O, mejor, cambia de idea, pierde el autobús y quédate con nosotros. En el
, en pleno centro de Toledo, estamos convencidos de que nuestra ciudad te gustará tanto que no querrás irte.