La Semana Santa toledana

España es un magnífico escenario para disfrutar de una de las fiestas religiosas más importantes para los cristianos.

Si les apetece revivir la pasión de Cristo, sin lugar a dudas Toledo es un lugar privilegiado para celebrar la Semana Santa. Esta ciudad imperial es perfecta para la belleza y recogimiento.

El laberinto de sus callejuelas, sus plazas silentes, sus monumentos en donde el reloj se detiene son condiciones magníficas para gozar en toda su dimensión de esos días de procesiones y celebraciones.

Nombrada Fiesta de Interés Turístico Nacional por la belleza y el valor de los pasos y la imaginería que sale en procesión, podrán contemplar algunas de las obras más impresionantes esculpidas sobre temática religiosa.

La austeridad y la sobriedad son dos de las características identificativas de la Semana Santa toledana, que por el carácter manchego, no es amiga de grandes alardes, despliegues, adornos o celebraciones.

El Cristo de la Esperanza es el protagonista en el Lunes Santo, marcado por el sonido sobre el pavimento de las horquillas de los costaleros. El Cristo de la Misericordia sale el Martes Santo, al igual que el Cristo de los Ángeles, que sale del Convento de las Agustinas. La Cofradía de Caballeros de Cristo Redentor acompaña a su paso con firme devoción el Miércoles Santo, con el Convento de Santo Domingo el Real como punto de partida.

El Jueves Santo le llega el turno a la bellísima figura de la Virgen del Amparo, aunque ese día también desfila una de las imágenes con más fama a nivel nacional: el Cristo de la Vega. Este Cristo es famoso por llevar su brazo derecho desclavado de la cruz, por lo que el escritor Zorrilla le dedicó su propia leyenda. El Viernes Santo es la gran noche con siete imágenes de las 7 cofradías de la ciudad. La procesión de Virgen de la Alegría cierra la semana el Domingo de Resurrección.