A Toledo llegan viajeros de todas partes del mundo en cualquier época del año. Tiene algo que atrae a propios y extraños a recorrer sus calles, a contemplar sus obras más notorias y a empaparse de la particular identidad cultural de la ciudad.
El casco histórico de Toledo, el barrio donde se asienta el Hotel Carlos V, es una zona cargada de historia. La Plaza de Zocodover, a 3 minutos paseando de nuestra puerta y que hoy en día es el centro neurálgico con más movimiento de la capital, albergó en su día ferias medievales de ganado.
El barrio judío es el barrio más antiguo de Toledo. Sus callejones respiran historias y leyendas que siguen sobreviviendo al paso de los años. El poeta Gustavo Adolfo Bécquer se enamoró en este barrio de la ciudad y encontró inspiración para sus relatos románticos, alimentados por el encanto único de este rincón toledano.
Perderse por las calles de Toledo es toda una experiencia. La Catedral, el Alcázar, el Monasterio de San Juan de los Reyes, la Sinagoga de Santa María la Blanca, la Mezquita del Cristo de la Luz o las múltiples estatuas son solo algunos ejemplos monumentales de lo que te puedes encontrar en la ciudad a cada paso que des.
Si te apasiona la cultura, Toledo te ofrecerá entretenimiento durante varios días. Sus iglesias, sinagogas y mezquitas, con un enorme valor histórico, atraen tanto a visitantes nacionales como internacionales. Además, la ciudad cuenta con museos imperdibles, como el Museo del Greco, el Museo Sefardí y el Museo del Ejército, ubicado en el imponente Alcázar.