Toledo y El Greco, una historia unida

La historia de Toledo está ligada a la historia de El Greco. Se sabe que llegó a Toledo un día de 1577 tras vivir en Venecia y Roma.  Se formó como pintor cerca la obra de Tintoretto, Veronés, Tiziano, Bassano, Schiavoni y otros grandes maestros. Aprendió de ellos la técnica del color, una forma de aplicar la pintura directamente sobre el lienzo, sin dibujo previo, que irá perfeccionando a lo largo de su vida. Tras dos años de inmersión veneciana pasa a Roma, y desde allí llega a Toledo dispuesto a participar en las obras de Santo Domingo el Antiguo. Hoy en día en Toledo se puede respirar su legado en muchos lugares. Uno de ellos es el Museo de El Greco. Según cuenta su web es en la actualidad el único de España dedicado a la figura del pintor y tiene como finalidad esencial transmitir y hacer comprensible a la sociedad la figura del Greco, así como la influencia de su obra y personalidad en la Toledo de comienzos del siglo XVII. Incluye además en su discurso una muestra del pasado del museo a través de la figura del II Marqués de la Vega-Inclán, auténtico promotor de la institución e indiscutible protagonista de la recuperación y difusión de la pintura del Greco. Otro lugar de visita obligada es el cuadro El entierro del señor de Orgaz, popularmente llamado El entierro del conde de Orgaz, es un óleo sobre lienzo de 4,80 x 3,60 metros, pintado por El Greco entre los años 1586 y 1588. Se encuentra en la  parroquia de Santo Tomé y está considerada una de las mejores y más admiradas obras del autor.   Representa el milagro en el que, según la tradición, San Esteban y San Agustín bajaron del cielo para personalmente enterrar a Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de la villa de Orgaz, como premio por una vida ejemplar.