Toledo subterráneo

Cuando uno pasea por Toledo, lo último que piensa es en qué puede haber bajo el suelo que pisa, pero lo cierto es que muchas cosas pasaron ahí abajo. Hoy día, algunos de esos lugares se pueden visitar. En el año 193 a. C. Toledo fue conquistada por los

romanos

. Fueron ellos quienes la llamaron así, y aunque paradójicamente significa “

Levantado en alto

”, los romanos también cavaron hondo. Prueba de ellos son las

termas

, situadas en la Plaza Amador de los Ríos. Este lugar, hoy restaurado y visitable, nos habla de la bonanza económica de Toledo en la época romana, pues las termas, dotadas de un moderno sistema de calefacción, no eran otra cosa que un lugar de sociabilidad para políticos y nobles, y se cuenta que era un popular lugar para hacer negocios. Las termas se pueden visitar de martes a sábado y su entrada es gratuita.



Otro lugar cargado de leyenda e incógnitas son las llamadas

Cuevas de Hércules

, situadas en la calle San Ginés. Se decía de estas cuevas que encerraban todos los males de mundo pero también tesoros de incalculable valor. Si bien, aquel insensato que osara abrirlas lo pagaría caro, por lo que permanecieron selladas durante siglos. Hoy se ha demostrado que son construcciones romanas y que formaban parte del sistema de abastecimiento. Este es un lugar que ha suscitado miedos y supersticiones desde hace más de 15 siglos, por lo que bien merece una visita. Dejando atrás a los romanos, la

cripta del Hospital de Tavera

es un lugar realmente impresionante. Descendiendo por una escalera casi a oscuras, se accede a la estancia, de proporciones y acústica perfectas. Allí están las tumbas de los miembros de la casa de Medinaceli, y como no podía ser menos, se dice que es una cripta encantada, pues por ahí vaga el fantasma de Alonso Berruguete, arquitecto del edificio, que murió allí mismo sin dejar terminada su última obra, el sepulcro del Cardenal Tavera. Foto: Amanaios via Wikimedia Commons. Licencia CC. 2.0