Parajes románticos en Toledo

Un verdadero laberinto, no sólo de emociones sino también de calles. Un puzzle por descubrir. Un collage que ofrece sorpresas inesperadas incluso para quienes llevan toda la vida habitando en ella.

Así es Toledo, una ciudad imperial y hospitalaria que ofrece lo mejor de sí al visitante, aunque siempre reservando con cautela sus mejores secretos.

Hoy les proponemos un paseo en pareja por los parajes más románticos de Toledo, recovecos, callejuelas y rincones muchas veces apartados de los recorridos más turísticos y comerciales.

Si aman perderse por las callejuelas, sin saber dónde están, con la tranquilidad del turista sabio y curioso, estas líneas le van a encantar.

Uno de los lugares con más encanto es el Cobertizo de Santo Domingo el Real, que con la luz de la noche se convierte en algo especialmente mágico.

También merece la pena que vaya con su media naranja a ver el Arquillo del Judío, situado al final de la calle del Ángel, junto a la Escuela de Artes y el Monasterio de San Juan de los Reyes. La historia de este lugar es apasionante porque unía la Judería Mayor con el arrabal más grande de los judíos, denominado barrio de la Al-Aqaba.

Para poner la guinda, al atardecer puede guiar a su pareja por la subida principal hacia el centro del Casco Histórico, de camino a la Plaza de Zocodover. Allí encontrará el Mirador de la Puerta del Sol, con una panorámica espectacular de la ciudad, que con el atardecer adquiere tonalidades doradas y ocres que embelesan a quien las contempla.