El Alcázar, emblema de Toledo

Durante la guerra civil española, se convirtió en un símbolo de la propaganda franquista, cuyo ejército logró hacerse con este edificio de gran valor estratégico y militar tras 70 días de asedio continuado por parte de las fuerzas republicanas, de julio a septiembre de 1936. Es una de las referencias que vienen a la cabeza en cuanto se habla de esta histórica construcción, cuyos orígenes, en sus distintas 'encarnaciones' se retrotraen hasta el siglo III. Entonces, fue un palacio romano.

Siglos más tarde, Alfonso VI lo erige como pieza clave de su reconquista y Alfonso X El Sabio logra reunir en ella las tres culturas (árabe, cristiana y judía) de la ciudad, con la famosa Escuela de Traductores de Toledo. Más adelante, se beneficiaría de las reformas de Juan de Herrera (autor de San Lorenzo de El Escorial, entre otras obras), que diseñó un edificio cerrado y compacto, en torno a un patio. Tras el asedio de la guerra civil, apenas quedaron la mitad de las fachadas en pie, y su reconstrucción no terminó hasta 1961,para el cual se dieron nuevos usos, como el del Museo del Ejército.

En él, se encuentran elementos de la lucha entre republicanos y fascistas en aquel dramático verano de 1936, y una reproducción del despacho del general Moscardó, uno de los altos mandos franquistas de la operación, que incluye una reproducción de la charla telefónica que el militar tuvo con su hijo y que pone los pelos de punta al que la oye. Los amantes de la cultura militar disfrutarán con los distintos espacios que, dentro o no del Museo del Ejército, se muestran al público. Como el Salón de Armas de Fuego, que incluye todas armas que se usaron en el siglo XX, como pistolas, morteros, fusiles, etc. procedentes del Museo del Ejército de Madrid. Interesante también el Salón de las Maquetas, que incluye dos maquetas del Alcázar, de la cómo era el edificio antes de los enfrentamientos del verano de 1936, y cómo quedó después.

Un lugar, hoy también sede de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, que ningún visitante debería perderse. Y situado en pleno centro de Toledo, a muy poca distancia de la privilegiada ubicación del Hotel Carlos V.